
“[…] un palomar de donde las palomas salen por unos pequeños agujeros y se extienden raudas, por todo el campo… “
“[…] él se acuerda, lleno de íntima ternura, de unos “grañones con tocino que comió en Jaén” siendo niño, y que ya no ha vuelto a comer tan buenos; él advierte que las viandas cocidas en vasija de barro y a fuego lento saben mejor que las guisadas en cobre […]”
“[…] los nobles e inmensos caserones están cerrados; acaso solo de tarde en tarde, un recio portón gira sobre sus goznes enmohecidos y una vieja silenciosa aparece en la monumental portalada […]”




Notable el relatillo de don Remigio y de lo que pasa en Córdoba, ¡ay, lo que pasa en Córdoba!
Excelsa la descripción de la vivienda de Oudrid.
Perlas que describen España a través de obras literarias, de los oficios, de las distintas clases sociales, de pequeños cuentos, en escenas ordenadas cronológicamente desde la época de la Edad Media. Capítulos de la España triste y pobre. Tristes porque la historia de España, como todas las historias, suele ser triste, y, además, Azorín pertenece a la Generación del 98, una generación de muy melancólicos y tristes supersufridores.
¡Pero qué maravilla de libro, pero cómo escribe este señor! 🙂
“El señor Serrano se encuentra ahora en el medio del camino de la vida; cuenta treinta años.”
Eran otros tiempos, los tiempos de 1892.
“[…] debajo del arco esperaba inmóvil, rígido, impasible, un asno enjaezado con rojos y amarillos arreos […]”
