
O pobre tolo, de Inacio e Iván Suárez.
“EN ESTE CORTIJO ESTUVO UN DÍA el viejo Maura. El dueño de la finca se pavoneaba delante de él de tener las mejores instalaciones del país.
–Nosotros, en nuestro cortijo, producimos cada año 300 jamones de bellota, ni más ni menos.
Las pocilgas estaban limpias, claras y relucientes.
–Aquí duermen los cerdos. ¡Y aquí las cerdas!
Hasta que llegaron a un establo inmundo, con el suelo cubierto de paja y de sacos viejos.
–¿Qué es esto?
–¡¡Este es el lugar donde duermen los gañanes!!
Y entonces Maura le dió el siguiente aviso:
–Pues procure usted que no despierten.”
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